Una condena por violencia doméstica puede resultar en sanciones severas, como penas de prisión, multas, terapia obligatoria, libertad condicional y pérdida del derecho a portar armas de fuego. También puede resultar en una orden de protección o la pérdida de la custodia de los hijos. Además, puede tener repercusiones a largo plazo en el empleo, la vivienda y las relaciones personales.

Aunque una víctima puede solicitar retirar los cargos, la decisión final recae en el fiscal. Pueden proceder con el caso incluso sin la cooperación de la víctima si hay pruebas suficientes para sustentar los cargos.

Depende. Puede ser posible que sus cargos sean retirados o llegar a un acuerdo de culpabilidad aceptable antes del juicio. Pero en muchos casos, comparecer en la corte es inevitable. Sin embargo, su abogado puede representarle y manejar los procedimientos judiciales en su nombre, luchando por lograr el mejor resultado posible para su caso.

Las defensas pueden incluir acusaciones falsas, falta de pruebas, defensa propia o defensa de otros. Además, su abogado puede presentar factores atenuantes que reducirán las consecuencias de una condena, incluyendo angustia extrema, no tener récord criminal y un genuino remordimiento o arrepentimiento por sus acciones.